martes, 1 de abril de 2014

Anna Karenina, o como Keira Knightley no me cierra



La mundialmente famosa historia de Lev Tolstoi ha tenido numerosas adaptaciones al cine; casi tantas como su contraparte francesa, Madame Bovary. Ambas historias tratan sobre mujeres caídas en desgracia, por pasión, en el caso de Anna, o  por el simple hedonismo de Emma. Y tal vez, acorde a sus acciones, ambas vidas también terminan en la desgracia.

La grandeza de estas obras es algo para discutir en otro momento, pero tanto Flaubert como Tolstoi han logrado crear dos historias que no solo apasionan por sus mujeres y sus vidas, sino que también logran crear una fascinante representación de la sociedad de sus tiempos. Emma o Anna podrán ser protagonistas, pero las ciudades, el país, la nobleza y el campo lo son en igual o mayor medida. La versión de Joe Wright y Tom Stoppard es hermosa, y es una gran película a su manera, pero falla en dos cosas importantes.